En mi nube las ilusiones no mueren en ilusiones, allí se hacen realidad y la desilusion es una palabra que ningun habitante conoce.
En mi nube la gente disfruta de cada estacion del año, no se quejan del calor y salen a jugar al carnaval, no se quejan del frio y construyen enormes muñecos de nieve. Algunos se acurrucan junto a la estufa en las tardes de otoño y salen a caminar por los parques en las primaverales mañanas.
Allá, en mi nube, no hay injusticias, ni pobreza, y nadie sabe lo que significa que un niño muera de hambre. Los maltratos no son moneda corriente, el mal humor está enterrado y la tristeza es mala palabra.
Allá, en mi nube, vivo hasta que por alguna razon se me cae la venda de los ojos y debo enfrentar el mundo real, una nube contaminada con el aire más viciado del mercado.
Preferiría vivir en mi nube de pedos en vez de enfrentar la realidad, pero siempre aparece un viento guacho que arrasa con la nube y te deja a la interperie del dolor y la tristeza. |
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