15 de agosto de 2011

Tienes mi vida en tus manos, Nicolás.

Que suerte que llegaste
tanto tiempo te esperé.
Renunciaría a todo sin dudar, 
por estar cerca tuyo
y por verte crecer.
Y es que ahora no recuerdo bien,
cómo vivía sin conocerte,
imaginando como sería tu mirada,
cómo sería abrazarte...

A tu lado y de tu lado tienes mi vida en tus manos.

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