23 de marzo de 2012

Tu luz será eterna.

Y no quisiste luchar más, decidiste irte para mirarnos desde arriba y seguir acompañándonos como lo hiciste durante toda tu vida, abuelo.

Lo único que me consuela es saber que te fuiste en paz y sabiendo lo mucho que te amábamos.
Sé que algún día nos vamos a juntar de nuevo a comer kiwi con cucharita, nísperos recién sacados de la planta, tutucas con Coca Cola y caramelos.
Nunca dejes de hamacarme, abuelo. Seguí hamacándome durante horas como cuando era una nena y no demostrabas ni siquiera un poco de cansancio.
No fuiste solo un gran hombre, sino que supiste ser un esposo, padre, abuelo y bisabuelo excepcional.

Tu alma sigue caminando con nosotros.
Tu luz polaca será eterna.


TE AMO Y TE AMARE POR SIEMPRE.

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